EMPECEMOS A DESHOJAR
«Si no somos capaces de vivir enteramente como personas,
hagamos lo posible para no vivir enteramente como animales.»
¿De qué trata?
Un hombre parado ante un semaforo en rojo se queda ciego súbitamente. Es el primer caso de una «ceguera blanca» que se expande de manera fulminante. Internados en cuarentena o perdidos en la ciudad, los ciegos tendrán que enfrentarse con lo que existe de más primitivo en la naturaleza humana: la voluntad de sobrevivir a cualquier precio.
MI OPINIÓN:
A pesar del título, este no es un ensayo, es una novela, y muy buena por cierto. Aunque he escuchado (yo lo «leí» en audio libro) que en un inicio puede ser difícil adaptarse a su tipo de redacción, debido a la separación de diálogos por comas en lugar de puntos, a no estar dividido por capítulos, a no usar nombres propios, etc. Pero una vez que te acostumbras, se va fácil.
Este es un libro duro de leer por tener situaciones emocionales muy fuertes como la desesperación, sexo y muerte; todo relatado de una forma muy descriptiva.
Durante el relato, no debes centrarte en la enfermedad, ya que no tendrás una explicación de ella, sólo es el conducto para mostrar los cambios que produce en la sociedad y el cómo la gente va perdiendo poco a poco su humanidad. Haciendo así, una valoración sobre la importancia de la vista y su repercusión en las normas del pueblo. Dejándonos múltiples reflexiones y la pregunta: ¿hasta dónde podríamos adaptarnos?
A mi sentir, el libro inicia con mucho misterio y con un acontecimiento tras otro rápidamente, pero a partir de la segunda mitad pierde un poco de ritmo, aunque dejando cada tanto, alguna reflexión en la cual pensar.
Si son de los que consideran que no es un libro para ustedes, tal vez puedan ver la película que adaptaron de él (yo aún no la veo) llamada «Blindness» dirigida por Fernando Meirelles y protagonizada por Julianne Moore y Mark Ruffalo.
(4 estrellas de 5)
– Lady Bookie
Recuerdo que estaba recaudado libros para donar a un colegio de primaria y mientras revisaba los ejemplares que había recibido para clasificarlos, lo descubro ahí entre paquitos y fábulas de Esopo. Sabía del libro y de su autor así que supe que no era apto para niños de primaria y me decidía leerlo.
Leer a Saramago implica adpatarse a su estilo, rapido, sin pausas, hecho para captar toda la atención del lecto, imprescindible para no perderse en los diálogos. Me encantó tu reseña.
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